Cuando hablamos de aplicaciones de Ergonomía en el sector textil y de calzado, nosotros diferenciamos por un lado a empresas que producen tela o materias primas; y por otro a las costureras (maquilas) con decenas de miles de trabajadores.
En general podemos decir que en esta industria hay operaciones que las hacen las maquinas, pero que la gran parte de ellas, y además de alto valor añadido (no hay ninguna que se pueda eliminar, todas tienen un porqué), son acciones manuales altamente repetitivas.
Las empresas de este sector necesitan una alta producción individual para que el coste unitario sea de mercado, y además una alta calidad de ejecución (pues el cliente final así lo demanda). Este mix implica una alta exigencia física que acaba provocando una alta prevalencia de trastornos musculoesqueléticos (TME), con todas las consecuencias negativas que esto genera para la empresa.