Higiene industrial ocupacional: objetivos

El problema de seguridad y salud en el trabajo que más suele preocupar a las empresas es el accidente de trabajo. Los accidentes laborales producen no solo daños a las personas sino también una alteración visible y a menudo importante de la producción y comportan unos costes que, aunque difíciles de medir con exactitud, son cualitativamente evidentes.

Además, en muchos países, un accidente puede dar lugar a sanciones administrativas e incluso a actuaciones judiciales que pueden llegar a suponer penas de cárcel para los responsables.

Sin embargo, los datos publicados por la OIT ponen de manifiesto que de las 2.300.000 muertes imputables al trabajo que se producen anualmente en el mundo, solo unos 318.000 casos al año (alrededor del 18%) son debidos a accidentes.

La mayor parte de las muertes es debida al cáncer laboral (32%), las enfermedades laborales circulatorias y las enfermedades transmisibles, estas últimas especialmente en la agricultura y en los países en vías de desarrollo. El conjunto de los datos se presenta en el siguiente gráfico.

En los países industrializados los accidentes son aún menos relevantes, pues representan apenas el 5% de las muertes, aumentando en cambio la proporción de cánceres fatales, que alcanza el 57% de los fallecimientos, tal como se indica en el siguiente gráfico

Esas enfermedades son provocadas por la exposición laboral a sustancias químicas (como el amianto o el plomo), energías (como los rayos X), o agentes vivos (bacterias, virus, animales…) presentes en los centros de trabajo y sus efectos tardan a veces muchos años en manifestarse.

Debido a ese retraso, no es fácil para los afectados demostrar que su mal es consecuencia de una exposición laboral producida a veces mucho tiempo antes, pero cuando lo logran es frecuente que consigan sustanciosas indemnizaciones.

En España, por ejemplo, los afectados por el amianto están logrando en los últimos tiempos indemnizaciones sustanciosas, a las que tienen derecho también sus herederos en caso de que el afectado haya fallecido.

Aunque en muchos países las estadísticas de enfermedades laborales registran muy pocos casos, en aquellos en los que sus gobiernos tienen una voluntad decidida de atacar el problema las cifras disponibles ponen en evidencia la gravedad del problema.

En el Reino Unido, por ejemplo, las últimas estadísticas publicadas recogen 13.000 muertes al año debidas a cáncer profesional y/o enfermedades pulmonares de origen laboral.

Pero estas no son las únicas enfermedades de origen laboral; a ellas se añaden, entre otras:

• las dermatitis,
• el asma,
• el síndrome del túnel carpiano originado por los movimientos repetitivos…
• y nuevos peligros potenciales emergentes tales como la exposición a nanopartículas y los riesgos biológicos de la gestión de residuos y la expansión de la industria del reciclaje.

¿Cómo tratar este problema?

La identificación, la evaluación y el control de los riesgos ambientales que pueden afectar a la salud de los trabajadores, tales como productos químicos, polvos, humos, ruidos, vibraciones y temperaturas extremas, es el objetivo de la higiene industrial ocupacional, una disciplina científica cuyos orígenes se remontan a principios del siglo XX.

Con una práctica efectiva de la higiene industrial ocupacional a cargo de profesionales bien formados, los riesgos ambientales para la salud laboral pueden ser eliminados o puestos bajo control, reduciendo así drásticamente el número de casos de enfermedades laborales.

Los empleadores están obligados por ley a designar a personas competentes para ayudar a cumplir con sus obligaciones legales en materia de salud y seguridad.

Dentro de las grandes organizaciones los higienistas industriales a menudo cumplen esta función en lo que respecta a la normativa sobre, por ejemplo, sustancias peligrosas, el amianto, el plomo y el ruido.

Donde la experiencia especialista no está disponible dentro de sus organizaciones, los empleadores suelen contratar servicios de apoyo a la higiene industrial  prestados por consultores externos.

Hasta aquí esta introducción al concepto de la higiene industrial ocupacional, con el que esperamos, si aún no lo estás, sensibilizarte con este concepto crucial hoy en día en el mundo de la empresa del sXXI.

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