¿Cómo hacer evaluaciones de riesgos ergonómicos sin equivocarse?

Te expliquemos muchos de los errores que cometen las empresas cuando de lo que se trata es de evaluar correctamente sus riesgos ergonómicos. ¿Te puedes imaginar las nefastas consecuencias de una mala evaluación de riesgos ergonómicos?

Estamos convencidos que la lectura de los siguientes puntos te ayudará y aportará una visión complementaria que podrás aplicar, o como mínimo sabrás de su existencia, a partir del momento en el que leas lo que viene a continuación.

Te sorprendería saber la de empresas que aun pareciendo impensable, cometen más de uno de los errores de la lista, todo y que sus responsables y máximos dirigentes creen que lo que se está haciendo es del todo correcto.

Así que, sin más preámbulos procede a la lectura de alguno de los que nosotros consideramos grandes errores en la evaluación de riesgos ergonómicos empresariales, y al final de todo, anímate a mirar el vídeo y realizar el ejercicio de autoevaluación que te proponemos.

Errores al evaluar riesgos ergonómicos laborales

A continuación te mostramos los principales errores al hacer una evaluación de riesgos ergonómicos.

1) No identificar los peligros ergonómicos

La identificación de peligros ergonómicos es el primer paso para poder gestionar los riesgos ergonómicos que comportan.

Si no se identifican los peligros, no se gestionan los riesgos ergonómicos y, por tanto, los resultados negativos en la empresa (malos indicadores de salud laboral, alta ausencia del trabajo, baja productividad) aparecen sin tener ninguna explicación.

2) Selección inadecuada de los métodos de evaluación de riesgos ergonómicos

Seleccionar el método de evaluación buscando información en Google, y utilizar como principal criterio el “parece fácil de aplicar” puede generar un derroche de tiempo y dinero en la empresa.

Además, que internamente, vuestro departamento perderá credibilidad cuando se conozca que el seleccionado no era el método más adecuado. Sobre este tema te puede interesar leer estos otros tres artículos relacionados:

– Método de Evaluación del riesgo ergonómico: cómo realizar una correcta elección

– Método evaluación ergonómica RULA: ¿conoces los riesgos de una incorrecta aplicación?

– Método de Evaluación Ergonómica REBA: grandes riesgos de su incorrecta aplicación

3) Evaluar sólo un peligro ergonómico (el más evidente)

Cuando se realiza la evaluación del peligro ergonómico más evidente y se “obvian” los demás existentes, dando como evaluado el lugar de trabajo, puede suponer con el tiempo problemas de salud de trabajadores que no se tenían controlados así como costes asociados por absentismo, presentismo, etc.

En un puesto de trabajo puede ser necesario realizar varias evaluaciones de riesgo específicas.

4) No actualizar las evaluaciones de riesgo ergonómico específicas

¿Sabías que los cambios organizativos, productivos, tecnológicos, de diseño de producto o derivados de estrategias de marketing, entre otros, generan cambios en las condiciones de trabajo y, por lo tanto, en la exigencia física del trabajo que de ellas se derivan?

Es más que probable que estos cambios modifiquen los niveles de riesgo ergonómico de los trabajadores, positiva o negativamente; incluso, pueden haberse introducido nuevos riesgos que anteriormente no existían.

¿Cómo diseñar o rediseñar ergonómicamente puestos?

En estas situaciones es necesario actualizar las evaluaciones de riesgo de los puestos afectados para poder seguir gestionando los riesgos en base a la información de la situación actual.

Más información aquí del Máster de Ergonomía Laboral por videoconferencia

5) Realizar evaluaciones de riesgos ergonómicos en base a información de situaciones específicas

Determinar si una persona está expuesta a un riesgo ergonómico a partir de evaluar una operación o postura específica es un error común.

El riesgo ergonómico está determinado por la exposición a los diferentes factores de riesgo a lo largo de la jornada laboral. Para evaluarlo es necesario realizar un análisis exhaustivo de la organización del trabajo.

Centrarse en analizar una operación específica conllevará a sobrevalorar o subvalorar el riesgo, y por lo tanto, a derivar un plan de acciones totalmente ineficaz e ineficiente.

6) Asumir que la evaluación de un puesto es generalizable a todos los puestos de ese tipo o categoría

Es una práctica extendida el asociar como resultado de evaluación de riesgos de un puesto de trabajo la de otro similar, ya sea de la misma categoría profesional o del mismo perfil.

Aunque lo que se produzcan sean zapatos, ni todas las maneras de fabricarlos son iguales, ni tampoco la tecnología, la organización de trabajo, ni las condiciones del puesto.

La evaluación correcta de riesgos ergonómicos debe recoger las particularidades a las que está expuesta cada persona en la empresa.

7) Confundir puesto de trabajo con categoría profesional

Hablando de generalizar evaluaciones de riesgos ergonómicos, es también muy habitual que en una empresa se considere como un puesto de trabajo la categoría profesional (el operador de línea, el almacenista, el oficinista, etc.).

Es posible que esto tenga sentido para el área de recursos humanos o para las relaciones laborales, pero no lo es para el área de salud laboral y la prevención de riesgos laborales.

Es necesario distinguir puestos de trabajo en función del contenido y la condiciones organizativas y productivas en las cuales se desarrolla el trabajo.

8) Omitir la variación en la producción

Principalmente en el sector industrial, la situación más frecuente es que el flujo de producción no sea constante: se procesan referencias diferentes que pueden implicar operaciones diferentes y el ritmo de trabajo puede ser cambiante.

Como hemos comentado, el riesgo ergonómico de los trabajadores viene determinado por la exposición al trabajo total en el turno…, y evaluar los riesgos considerando la producción constante se derivarán seguramente decisiones erróneas.

9) Ignorar las tareas “auxiliares” o poco frecuentes

En un puesto de trabajo pueden haber tareas que no sean las que realmente aporten un valor importante a la empresa, y las llamamos tareas “auxiliares”, u otras que se realizan pocas veces en el turno o duran poco tiempo.

Se tiende a ignorar estas tareas en las evaluaciones de riesgo ergonómico.

Pero ¡mucho ojo!

Puede suceder que algunas de estas tareas incrementen significativamente el riesgo por movimientos repetitivos de extremidades superiores o por la manipulación manual de cargas.

Ignorarlas puede comportar deficiencias importantes en la correcta gestión que realice tu empresa.

10) Omitir la estacionalidad del trabajo

En ocasiones, el trabajo a realizar, la producción y el ritmo varían entre los días de la semana o entre los meses del año.

Si se toman únicamente las condiciones de trabajo observadas un día concreto para la evaluación de riesgos, el resultado obtenido no habrá considerado las variaciones en los niveles de riesgo y provocará una gestión ineficiente del problema.

11) Realizar la evaluación de riesgos ergonómicos demasiado tarde

Evitar los riesgos en la concepción de las condiciones de trabajo es más barato que reducirlos una vez que las condiciones de trabajo ya están establecidas.

Evitar o reducir los riesgos en la concepción implica gestionarlos sobre planos, pliegos de condiciones o proyectos.

Cuando se está proyectando, cambiar algo en el entorno laboral es barato. Cuanto antes se incluya un análisis de ergonomía, mejores resultados se obtendrán.

12) Evaluar aplicando intuición en vez de objetividad

La intuición generalmente nos lleva a identificar parámetros dimensionales (demasiado alto, demasiado lejos, demasiado bajo) como la característica crítica del diseño del puesto de trabajo, sin considerar la organización del trabajo y el contenido dinámico y funcional del trabajo.

Seguramente, las intervenciones que realices para eliminar estas condiciones críticas, basándote en criterios intuitivos en vez de en los objetivos, implicarán un derroche de dinero sin un impacto significativo sobre los riesgos ergonómicos a los que están expuestos los trabajadores.

!Lo hemos constado infinidad de veces!

13) Confiar en “pseudo expertos externos en ergonomía laboral”

Lastimosamente, especialmente en países donde la preocupación por las condiciones ergonómico-ocupacionales es un concepto relativamente joven, te puedes encontrar con “profesionales y empresas” que ofrecen servicios de consultoría de ergonomía para empresas.

Vete con mucho ojo pues por impensable que parezca, muchos no tienen la cualificación, la experiencia práctica, ni la especialización necesarias como para abordar un problema tan complejo de forma adecuada.

A la larga, es probable que veas que el dinero gastado en estos servicios no os da los resultados esperados, siguen las inconformidades de los trabajadores, y no se reducen los trastornos musculoesqueléticos.

Malas y engañosas prácticas se repiten por todo el mundo.

Ni te puedes imaginar la de empresas que nos llaman y explican experiencias pasadas poco satisfactorias, relacionadas con planes de intervención implementados.

Lejos de aportarles mejoras, han supuesto todo lo contrario con el consiguiente prejuicio para la empresa, sus trabajadores, y también para los responsables del departamento encargado de la gestión de estos riesgos.

14) Evaluar riesgos ergonómicos internamente sin conocimientos suficientes

Como te hemos comentado repetidamente, la ergonomía laboral es una de las pocas disciplinas que las personas tratan de aplicarla a base de buscar criterios, fichas y herramientas en Google sin disponer de los conocimientos científicos y técnicos necesarios en la materia…, lo que nosotros hemos denominado como el Ergogoogle.

Reconocer la falta de aptitudes y formarse o asesorarse por un especialista forma parte de la ética profesional, más aún, cuando lo que está en juego es la salud futura de las personas y la rentabilidad empresarial. Sobre este tema te puede interesar leer estos tres artículos.

– ¿Intuyes que tu empresa tiene problemas de riesgos ergonómicos? Cómo ratificarlo

– Grandes riesgos de autoformarte en Ergonomía a través de Internet

– Cómo realizar una óptima formación en ergonomía laboral para empresas

Siguiendo con la importancia de tener los conocimientos necesarios y actualizados, en caso de que consideres que tú o alguien en tu empresa lo necesita, deberías plantearte la posibilidad de formarte externamente.

Para ello te puede interesar revisar el calendario de próximos programas formativos en ergonomía y salud ocupacional que realizaremos en Argentina, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, España, México, Panamá o Perú.

Recordarte así mismo, que si intuyes que necesitas formarte pero desconoces exactamente cuál es el programa más adecuado para tí, puedes consultarnos para que te asesoremos personalmente.

15) Comprar equipos y materiales innecesarios

Otra práctica frecuente que nos encontramos en muchas empresas, es que han adquirido equipos y softwares, realizando un gasto significativo que no es necesario para la gestión de riesgos ergonómicos en esa empresa.

Algunos ejemplos que vemos son: compra de antropómetros, adquisición de licencias de software para la evaluación de riesgos, incorporación de equipos de electromiografía…, entre otros.

16) Usar softwares de ergonomía en forma de ‘caja negra’

En el mercado encuentras muchos programas informáticos de prevención de riesgos laborales que atraen y además de entrada no suponen un gran desembolso económico.

Lo siguiente y también muy común, es que al ver la demo o algunas capturas de pantallas, aparecen muñequitos en diferentes posturas con los que se pretende transmitir que hasta «un niño lo podría utilizar sin mucho esfuerzo».

Por último, estos softwares tan maravillosos en apariencia, tienen un botón con la palabra “Informe”.

Nos hemos encontrado muchos casos en los que sin tener ni idea sobre cómo realizar evaluaciones específicas de riesgos ergonómicos, un profesional había introducido los datos pertinentes, y había obtenido como resultado un pedazo informe en Word o pdf de muchas páginas, con el que pensaba que haría y conseguiría maravillas en su empresa.

¿Se trata de hacer gestión de riesgos generando papel o queremos realmente gestionar los problemas?

Si quieres realizar las evaluaciones de riesgo específicas de ergonomía tú mismo o con tu equipo, seguro que te ayudará disponer de unos protocolos y herramientas corporativas ajustadas a las características de sistema productivo.

Protocolos corporativos de prevención de riesgos ergonómicos

Ejercicio de autoevaluación

¿Estás dispuesto/a a aceptar este desafío y poner a prueba tus habilidades en esta área? A continuación, te proponemos un ejercicio que te permitirá detectar los posibles errores en la lista previa de 16. Dentro de la descripción del video hallarás las indicaciones junto con el planteamiento del caso.

Si estás en la etapa inicial de asumir responsabilidades en la gestión ergonómica dentro de una empresa, o si has estado desempeñando esta función durante un tiempo sin alcanzar los resultados que anhelabas, te recomendamos encarecidamente que te inscribas en nuestro curso de Evaluación y Gestión de riesgos ergonómicos, un curso que constituye el fundamento que sustenta todo el ciclo de gestión y que marcará la diferencia en tu desempeño.

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Son muchos los años, desde 1997, que llevamos asesorando y ayudando a empresas en España y Latinoamérica a gestionar con efectividad sus riesgos ergonómicos laborales , y es por eso que podemos detallarte con total conocimiento de causa los errores comentados en este artículo.

No son los únicos, pero sí muchos de los más habituales. Así que ahora que los conoces, ponte en marcha cuanto antes para corregirlos. Las consecuencias negativas de no hacerlo ya sabes cuáles serán.

Esperamos que este lectura te haya aportado buenos conocimientos. Si lo crees oportuno compártela en tus redes sociales para darle mayor difusión. Así mismo te invitamos a que a continuación añadas tu opinión y/o cualquier comentario que creas pertinente sobre este tema. Seguro que tu participación añadirá valor a este apasionante debate.